En el segundo día del Foro Interreligioso del G20, entidad que agrupa a las 20 naciones con mayor poder económico y político. El Presidente de la Alianza Evangélica Latina – AEL, Pr. Juan Cruz Cellammare, brindó un discurso en la Sesión “Religión, Civilidad y Polarización curativa” celebrada en Brasilia, capital del Brasil.
A continuación, puede leer el discurso completo del Presidente de la AEL en el siguiente apartado:
La intolerancia religiosa, la polarización política y el discurso de odio afectan a personas en todo el mundo.
Los líderes religiosos pueden desempeñar un papel fundamental de curación en sus comunidades a través de su liderazgo, trabajo práctico y acompañamiento cercano con la gente.
Sus recomendaciones de políticas pueden ayudar a los gobiernos a iniciar la reconstrucción global de nuestras sociedades fragmentadas.
Creemos que los líderes religiosos podemos ayudar a promover la comprensión, la compasión y el diálogo entre diferentes grupos. Debemos trabajar juntos en áreas de consenso donde podamos fortalecer los lazos comunitarios sin que surjan conflictos internos, pues es ahí donde ocurre el aislamiento y el discurso de odio entre credos.
Como líderes religiosos, por ejemplo los evangélicos, vemos con buenos ojos la colaboración en áreas como la defensa de la vida y la familia, la libertad religiosa, la prevención en salud, el tema migratorio y la respuesta a catástrofes naturales. Podemos utilizar nuestra influencia y autoridad moral para condenar enérgicamente el odio, promover la unidad y construir puentes entre comunidades.
Nuestras recomendaciones de políticas pueden ser valiosas para los gobiernos, ya que pueden ayudar a guiar la reconstrucción de nuestras sociedades fragmentadas hacia soluciones más inclusivas y duraderas.
Es crucial que los líderes religiosos abordemos estos problemas de una manera que respete la dignidad humana y los principios éticos fundamentales. Debemos fomentar el entendimiento mutuo y sanar las divisiones, en lugar de exacerbarlas.
Solo a través de un esfuerzo concertado de líderes religiosos, políticos y de la sociedad civil podremos lograr una mayor cohesión social y una paz duradera que beneficie a todos.
La participación de la AEL en foros internacionales es fundamental para garantizar el derecho de los evangélicos en el mundo.