La Alianza Evangélica Latina en representación de las 22 alianzas miembro, expresa su postura ante el pacto migratorio promulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su pedido a los países miembro para la firma del mismo.
Creemos de suma importancia la protección de los derechos humanos de los migrantes, su inclusión e integración de quienes por razones de persecución religiosa, ideológica, conflictos bélicos, pobreza, o en la búsqueda de un mejor porvenir, deben dejar sus hogares para la preservación de sus vidas y/o asegurarse las condiciones básicas de alimentación, vivienda, libertad y dignidad humana que redundan en la recuperación de la paz.
Que es responsabilidad de cada gobierno evaluar los recursos según la demografía, para albergar grupos de refugiados y/o inmigrantes en sus territorios, para brindar a los mismos las condiciones necesarias de educación, salud, empleo y socialización que el ser humano merece.
Las Sagradas Escrituras, como fuente de toda razón, sabiduría y justicia, nos enseña como principio de vida que debemos atender al extranjero, al pobre, al huérfano y al desamparado.
Pero es fundamental que toda iniciativa para la firma de estos acuerdos de índole global y que proceden de organismos internacionales como es el caso de la ONU, no deben vulnerar los principios constitucionales de cada país, la libertad de culto y de conciencia de la ciudadanía, sino que el mismo debe estar centrado en la protección de los derechos e integridad física de refugiados e inmigrantes.
Los días 10 y 11 de diciembre se celebrará en Marruecos la Conferencia intergubernamental para adoptar el Pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular.
Si bien el contenido de dicho pacto proporciona acciones de índole humanitario en materia de implementación de comedores humanitarios, acompañamiento a refugiados, abordaje en zonas de frontera y protección contra distintas formas de violencia, si bien la firma de dicho pacto no es vinculante, animamos a los países a hacer las reservas pertinentes en lo que respecta a aquellos valores y principios que no coincidan con la constitución nacional de cada nación , como por ejemplo el respecto al derecho supremo de la vida, el orden natural y el modelo de familia según las convicciones cristianas que profesan la mayoría del pueblo latino.
Por lo cual, instamos a las alianzas miembros a pronunciarse ante los gobiernos de sus países para que éstos no firmen el mencionado pacto a menos se respete la libertad de conciencia y religiosa, la dignidad humana y la defensa de la vida desde la concepción y con una enseñanza acerca de la educación sexual que guarde armonía con el orden científico, biológico y natural.
Nuestra misión como pueblo evangélico latino es seguir trabajando por los más débiles y vulnerables, para brindarles la ayuda integral que las iglesias evangélicas representadas por AEL siempre han llevado adelante, independientemente de su cultura, raza o religión.