Paraguay en manos de Dios (Pandemia Covid-19)

Suspensión de actos de aglomeración da lugar a cultos en plataformas digitales y la Palabra de Dios sale del claustro y va hasta los confines de la Tierra

Con 11 contagiados el 19 de marzo del 2020, Paraguay marcha a la retaguardia en la propagación del coronavirus en un contexto de alto acatamiento de la campaña “Quédate en Casa”que apunta a romper la cadena de transmisibilidad de la pandemia. Se ha establecido un marco de armonía y confianza entre las decisiones del gobierno y el accionar ciudadano.

El Presidente de la República Mario Abdo Benítez ha invocado el nombre de Dios sobre la República varias veces en los últimos días y dijo que tenemos que confiar en su poder y en el poder de la oración.

Durante el anuncio de las medidas económicas enmarcadas en el Plan Nacional de Contingencia ante la pandemia, se dirigió a la nación para reconocer que se vivían momentos desafiantes por delante e instó a la población a mantenerse en casa, unida en oración para que “Dios proteja al país”.

“No debemos olvidar el campo espiritual” dijo y abogó por “una familia junta, en oración. El poder de la oración estoy seguro que va a proteger a la nación. Dios va a proteger al Paraguay y va a seguir bendiciendo al país”, enfatizó Abdo Benítez.

La Asociación de Iglesias Evangélicas (ASIEP) propicia campañas de ayuno y oración y numerosas organizaciones de fe se han plegado a ese llamado así como también la Iglesia Católica ha movilizado a su feligresía, creándose un cuadro de espiritualidad cuya intensidad y profundidad no tiene muchos antecedentes.

En el marco de la cuarentena declarada y al suspenderse las clases en colegios y universidades, los torneos deportivos, los cultos religiosos y toda actividad que pudiera generar aglomeraciones, las distintas congregaciones cristianas decidieron usar sus plataformas digitales para las prédicas dominicales y otras jornadas que tienen programadas durante los distintos días de la semana.

El creyentado rápidamente se adaptó al nuevo formato del “culto digital”, dándose una impensada amplificación de la repercusión de los sermones por la vía de compartir los mensajes en los muros de los seguidores y formulándose comentarios enriquecedores en torno a las prédicas de pastores.

En concreto, la palabra de Dios ha salido de los claustros a las distintas redes sociales aportándose
-a partir de una emergencia imprevista- una característica novedosa y sobre todo provechosa ya que Internet permite testificar a Cristo en este caso en Asunción la capital paraguaya, las diferentes ciudades y hasta los confines de la Tierra.

Paraguay estaba soportando una fuerte epidemia de dengue con alrededor de 50 muertos cuando se presentaron los primeros casos de Covid-19 y ya a partir de esos primeros casos se aplicaron medidas de contingencia que bajo invocación de Dios, fueron mayoritariamente acatadas de entrada, en un marco de confianza en la procedencia de las medidas encaminadas a reducir la propagación del coronavirus.

La cuarentena establecida a pesar de las dificultades económicas que plantea a muchos sectores, ha contribuido a la paz debido a otros beneficios adicionales como la reducción de accidentes de tránsito y de la violencia callejera a su mínima expresión. Se registra así una serie de impactos positivos no previstos en un principio y la nación a estas horas vive una situación de calma, esperando lo que el gobierno decida al concluir la cuarentena, la próxima semana.

“Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!” Salmo 27:1

Asunción, Paraguay/Carlos Alberto Rodríguez

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