La Coalición Nacional Evangélica Latina (NaLEC), miembro pleno de la Alianza Evangélica Latina (AEL) en Estados Unidos, expresó su preocupación ante el plan del presidente electo Donald Trump de movilizar a las fuerzas armadas para llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes no autorizados en el país. Según el Departamento de Seguridad Nacional, alrededor de 11 millones de inmigrantes viven en EE.UU. sin autorización, lo que ha generado gran incertidumbre en la comunidad hispana.
En una entrevista con CBN News, el Reverendo Dr. Gabriel Salguero, Presidente de la Coalición Evangélica Nacional Latina, destacó el impacto que esta política tendría en las iglesias evangélicas latinas. “Cualquier lenguaje que hable de deportación masiva provocará escalofríos en la iglesia evangélica latina”, expresó Salguero, quien subrayó que muchos de los feligreses de estas iglesias temen por la separación de sus familias y el futuro de sus comunidades.
El nuevo “zar de la frontera” de Trump, Tom Homan, ha afirmado que el foco inicial de las deportaciones será sobre los criminales, especialmente aquellos ligados a bandas como MS-13 y Tren de Aragua, que según Homan, representan una amenaza para la seguridad pública y nacional. “El presidente Trump ha prometido desde el principio que las amenazas a la seguridad pública y nacional son su prioridad”, dijo Homan en una entrevista con Fox News.
A pesar de la dura retórica sobre inmigración, Salguero explicó que más del 40% de los latinos votaron por Trump en las elecciones, debido a temas sociales que resuenan dentro de la comunidad evangélica latina, que tiende a ser socialmente conservadora. “Esas eran prioridades, particularmente entre los evangélicos latinos y latinas”, indicó Salguero.
Sin embargo, la posible deportación de millones de inmigrantes que llevan años en el país, muchos de ellos sin antecedentes penales y con hijos nacidos en Estados Unidos, plantea un gran dilema moral y social. La Coalición Nacional Evangélica Latina ha tomado medidas preventivas, realizando llamadas nacionales con pastores y organizando apoyo legal para enfrentar cualquier eventualidad. Salguero también destacó que están trabajando con iglesias hermanas en América Latina para coordinar una respuesta ante esta situación.
En un contexto donde la mayoría de los estadounidenses apoya la deportación de criminales violentos, la separación de familias y el impacto sobre las iglesias latinas preocupa profundamente a los líderes evangélicos. “Esperamos que la gente pueda conciliar una reforma migratoria humana sin tener este impacto desastroso en nuestras familias y nuestras congregaciones”, concluyó Salguero.
Este pronunciamiento de NaLEC resalta las tensiones que existen entre las políticas de seguridad nacional y los derechos humanos, especialmente en lo que respecta a la comunidad inmigrante y las iglesias que sirven a estas comunidades en Estados Unidos.