La Mesa de Diálogo y Representación Cristiana (MEDIREC) rindió cuentas a la nación y a sus asociados, durante la celebración de su VII asamblea anual ordinaria la cual contó con la presencia de delegados de las setenta y siete organizaciones miembros de esta entidad representativa de la comunidad evangélica en la República Dominicana.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del reverendo Samuel Guzmán, director ejecutivo de dicha entidad, y la meditación bíblica por el obispo Mauro Vargas, 1er. Vicepresidente de la misma. Los informes fueron presentados por Jorge Duarte, secretario, Miguel Ángel Cancú, tesorero y por su presidente, el reverendo NersidoBorg Cedeño, el cual destacó las principales acciones llevadas a cabo por la Mesa de Diálogo durante su último año fiscal las cuales abarcaron provincias y municipios. Al final fueron electos cuatro de los miembros de su consejo directivo.
A esta asamblea se dieron cita delegados de las 75 instituciones, entre concilios, iglesias y organizaciones para eclesiásticas miembros de esta organización representativa de la comunidad evangélica nacional.
También fueron recibidos como miembros la Alianza de Iglesias Bautistas que preside Hugues Iralien y el Consejo Nacional de la Juventud Cristiana (CONAJUCRI) dirigido por Susana Sánchez
En esta asamblea también fueron realizadas las elecciones del presidente, segundo y tercer vicepresidente y del segundo vocal. Los electos fueron: Nersido Borg-presidente reelecto, Reynaldo Franco Aquí-segundo vicepresidente reelecto, Carmen Checo-cuarta vicepresidente y Cecilio Osoria-primer vocal.
SOBRE LA MESA DE DIALOGO
La Mesa de Diálogo y Representación Cristiana (MEDIREC) es una organización sin fines de lucro representativa de la comunidad cristiana de la República Dominicana fundada en el año 2015 de conformidad con la Ley 122-05. Tiene como propósito proponer soluciones a los problemas sociales, promover la unidad de la comunidad evangélica para aglutinar y poner a la disposición del país las voluntades, esfuerzos, competencias y capacidades técnicas y profesionales, y recursos humanos de la comunidad evangélica nacional para sobreponerse a situaciones que amenacen la sostenibilidad económica, política, social, moral, cultural y ambiental de la nación, cumpliendo su misión como iglesia en la sociedad.