La Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés), a través de sus oficinas en Nueva York y Ginebra, sigue avanzando en su labor de representación diplomática ante las Naciones Unidas (ONU), trabajando activamente en la defensa de los derechos humanos, la libertad religiosa y el bienestar del pueblo evangélico global. Su labor ha sido crucial en la creación de políticas dentro de la ONU, logrando avances significativos en áreas como la Revisión Periódica Universal (UPR), que permite a los estados miembros rendir cuentas sobre su historial de derechos humanos.
La colaboración entre la Alianza Evangélica Latina (AEL) y la WEA con la ONU ha sido esencial para la expansión de esta red de trabajo, que no solo se basa en acciones públicas, sino también en un intenso trabajo diplomático privado. Las oficinas de la WEA se encuentran en Nueva York y Ginebra, dos centros clave de la actividad internacional, y aunque ambas tienen un enfoque común en la promoción de los derechos humanos, sus tareas y métodos varían debido a las particularidades de cada ciudad.
En Nueva York, la oficina de la WEA se concentra en la participación en grandes conferencias internacionales organizadas por la ONU y en facilitar la conexión con los Representantes Permanentes de los estados miembros. Este trabajo ha sido fundamental para lograr la liberación de pastores encarcelados en Asia y África en 2023, gracias a la presión diplomática ejercida por la WEA. Tres de estos pastores lograron su libertad como resultado directo de los esfuerzos conjuntos entre la WEA y los diplomáticos de la ONU.
Por otro lado, la oficina de la WEA en Ginebra está estrechamente vinculada con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (HRC), con un enfoque especial en la Revisión Periódica Universal (UPR). Este mecanismo, que revisa el historial de derechos humanos de todos los estados miembros de la ONU cada 4 ½ años, permite a las organizaciones no gubernamentales (ONG) presentar recomendaciones y presionar por cambios. La Dra. Janet Epp Buckingham, directora de la oficina en Ginebra, ha liderado la participación activa de la WEA en este proceso, trabajando no solo en la creación de informes y declaraciones escritas, sino también en la organización de eventos y en la formación de alianzas con otras ONGs que comparten objetivos similares.
La presencia de la WEA ante la ONU ha demostrado ser un punto de apoyo importante para la iglesia evangélica organizada, y los esfuerzos de la organización se reflejan en su creciente influencia en las políticas de derechos humanos a nivel internacional. Sin embargo, el trabajo de la WEA aún enfrenta desafíos, como el fortalecimiento de las relaciones entre las oficinas de Nueva York y Ginebra, lo cual es clave para consolidar la posición de la Iglesia evangélica ante los órganos de la ONU.
Un futuro de colaboración y presión diplomática
El trabajo de la WEA y sus representaciones diplomáticas en Nueva York y Ginebra no se limita únicamente a la presión pública. También es necesario un enfoque más privado y personalizado con los embajadores de los países miembros, para lograr un mayor entendimiento y apoyo a las recomendaciones y objetivos planteados por la organización.
Cabe destacar que las Naciones Unidas solo otorgan estatus consultivo a aquellas organizaciones que cuentan con presencia en todos los continentes, por lo que la WEA debe seguir presentando reportes periódicos para mantener este estatus y asegurar su influencia.
Con estos avances, la WEA continúa consolidando su rol como un defensor clave de los derechos humanos, especialmente en lo relacionado con la libertad religiosa, y sigue luchando por una presencia más fuerte y efectiva ante la ONU para el bienestar de los evangélicos en todo el mundo.