La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por su sigla en inglés), es un órgano que trabaja dentro de Naciones Unidas (ONU) dedicado a ayudar e implementar soluciones a las problemáticas sociales que afectan a las mujeres. Esta comisión cada año realiza una reunión mundial en la ONU para tratando diferentes temas; aunque en esta ocasión, se ha tratado nuevamente de impulsar una agenda feminista radical, la cual incluía temas como el aborto libre, orientación e identidad sexual (SOGI en inglés) y sexualización de los niños.
A pesar de la presión inflexible y asfixiante de Estados Unidos, Australia, la Unión Europea y muchos de sus aliados ideológicos, las coaliciones clave formadas entre las naciones africanas (Camerún, Egipto, Etiopía, Nigeria, Senegal, Sudán), los países del Caribe y del Golfo, y no menos importante, las firmes y enfáticas declaraciones de la Santa Sede, han lograron bloquear la implementación de la Educación Sexual Integral y la agenda trans en el acuerdo.
Las incansables campañas impulsadas por CitizenGO LATAM para frenar estas propuestas extremas y defender los valores fundamentales de la vida y la familia han ido desde, el paseo de las furgonetas llevando el mensaje clave “A las mujeres las define la biología, no la ideología”. a pegar miles de carteles en la ciudad; las campañas se han realizado dentro y fuera de la ONU sin descanso durante toda la semana, además se han reunido con varias delegaciones de los países clave para advertirles de los peligros implícitos en este proyecto y entregar las firmas recolectadas.
Cabe destacar que, se han movilizado a cientos de miles de ciudadanos de todo el mundo en la defensa del derecho a la vida y de la inocencia de los niños. Y CitizenGO LATAM ha logrado llevar la voz de todas las personas hasta la ONU con la campaña de recolección de firmas, el cual ha logrado recaudar cerca de 200.000 firmas a través de la campaña en todo el mundo.
Además se ha logrado evitar que los fondos de los contribuyentes, los cuales son canalizados a través de las agencias de la ONU, se utilizaran a nivel mundial para financiar la sexualización de los niños a través de la Educación Sexual Integral.
Las reuniones con las delegaciones, antes de las negociaciones del CSW67, han sido muy positivas, sobre todo de parte de las delegaciones africanas, entre ellas las de Camerún, Etiopía, Madagascar, Malí, Nigeria y Senegal, las cuales han apoyado la iniciativa de derogar el proyecto.
El grupo regional africano en la mesa de negociaciones demostró ser un baluarte fundamental a la hora de rechazar estas propuestas extremas, como la ESI y la apuesta por la preservación de los valores familiares fundamentales en el documento de Conclusiones Acordadas. Aunque las negociaciones han sido duras, rechazaron las continuas intimidaciones de sus homólogos europeos y se mantuvieron firmes en defensa de los valores familiares.
Si bien, las conclusiones acordadas de la CSW no tienen carácter vinculante desde el punto de vista jurídico. Cuenta con fuerza moral, llamado ‘soft law’ y esto es utilizado como argumento de autoridad en las legislación nacionales. Por esta razón, fue de suma importancia esta reunión y el rechazo del proyecto.
Además, no hay que ignorar que los gobiernos de los grandes lobbies y los grupos de presión radicales intentan utilizar el sistema de Naciones Unidas para crear nuevos derechos y normas que normalmente serían más difíciles de establecer a nivel nacional.
Este rechazo del proyecto de estas organizaciones marca un antecedente favorable dentro de la lucha por la preservación de los valores tradicionales y fundamentales de la familia y la vida.
Sin embargo, lamentablemente, las expresiones “servicios de salud sexual y reproductiva” y “formas múltiples e intersectoriales de discriminación”, que son parte del lenguaje en clave para la ideología transexual, permanecen en este documento de la CSW, al igual que las referencias al “discurso del odio”.Esto puede ser perjudicial, ya que las agencias de la ONU podrían aplicar términos relacionados con este lenguaje, incluso sobre el aborto, los llamados “derechos LGTB” y la libertad de expresión.
Aún queda mucho trabajo por hacer en la ONU, por eso es imperativo la cooperación entre organizaciones pro-familia y entre los países que respetan los valores pro-vida y pro-familia, ya que estos representan un foco de esperanza para seguir cambiando el mundo; por la vida, la familia y la libertad.
Nuestro miembro pleno de la Confraternidad Evangélica de Honduras junto con el equipo de CitizenGO LATAM, las coaliciones africanas, del Caribe y el Golfo, y el apoyo del Vaticano han logrado la supresión de la Educación Sexual Integral (ESI) y la agenda LGBT del documento final de la 67ª Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), que tuvo lugar la semana pasada en Nueva York.
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por su sigla en inglés), es un órgano que trabaja dentro de Naciones Unidas (ONU) dedicado a ayudar e implementar soluciones a las problemáticas sociales que afectan a las mujeres. Esta comisión cada año realiza una reunión mundial en la ONU para tratando diferentes temas; aunque en esta ocasión, se ha tratado nuevamente de impulsar una agenda feminista radical, la cual incluía temas como el aborto libre, orientación e identidad sexual (SOGI en inglés) y sexualización de los niños.
A pesar de la presión inflexible y asfixiante de Estados Unidos, Australia, la Unión Europea y muchos de sus aliados ideológicos, las coaliciones clave formadas entre las naciones africanas (Camerún, Egipto, Etiopía, Nigeria, Senegal, Sudán), los países del Caribe y del Golfo, y no menos importante, las firmes y enfáticas declaraciones de la Santa Sede, han lograron bloquear la implementación de la Educación Sexual Integral y la agenda trans en el acuerdo.
Las incansables campañas impulsadas por CitizenGO LATAM para frenar estas propuestas extremas y defender los valores fundamentales de la vida y la familia han ido desde, el paseo de las furgonetas llevando el mensaje clave “A las mujeres las define la biología, no la ideología”. a pegar miles de carteles en la ciudad; las campañas se han realizado dentro y fuera de la ONU sin descanso durante toda la semana, además se han reunido con varias delegaciones de los países clave para advertirles de los peligros implícitos en este proyecto y entregar las firmas recolectadas.
Cabe destacar que, se han movilizado a cientos de miles de ciudadanos de todo el mundo en la defensa del derecho a la vida y de la inocencia de los niños. Y CitizenGO LATAM ha logrado llevar la voz de todas las personas hasta la ONU con la campaña de recolección de firmas, el cual ha logrado recaudar cerca de 200.000 firmas a través de la campaña en todo el mundo.
Además se ha logrado evitar que los fondos de los contribuyentes, los cuales son canalizados a través de las agencias de la ONU, se utilizaran a nivel mundial para financiar la sexualización de los niños a través de la Educación Sexual Integral.
Las reuniones con las delegaciones, antes de las negociaciones del CSW67, han sido muy positivas, sobre todo de parte de las delegaciones africanas, entre ellas las de Camerún, Etiopía, Madagascar, Malí, Nigeria y Senegal, las cuales han apoyado la iniciativa de derogar el proyecto.
El grupo regional africano en la mesa de negociaciones demostró ser un baluarte fundamental a la hora de rechazar estas propuestas extremas, como la ESI y la apuesta por la preservación de los valores familiares fundamentales en el documento de Conclusiones Acordadas. Aunque las negociaciones han sido duras, rechazaron las continuas intimidaciones de sus homólogos europeos y se mantuvieron firmes en defensa de los valores familiares.
Si bien, las conclusiones acordadas de la CSW no tienen carácter vinculante desde el punto de vista jurídico. Cuenta con fuerza moral, llamado ‘soft law’ y esto es utilizado como argumento de autoridad en las legislación nacionales. Por esta razón, fue de suma importancia esta reunión y el rechazo del proyecto.
Además, no hay que ignorar que los gobiernos de los grandes lobbies y los grupos de presión radicales intentan utilizar el sistema de Naciones Unidas para crear nuevos derechos y normas que normalmente serían más difíciles de establecer a nivel nacional.
Este rechazo del proyecto de estas organizaciones marca un antecedente favorable dentro de la lucha por la preservación de los valores tradicionales y fundamentales de la familia y la vida.
Sin embargo, lamentablemente, las expresiones “servicios de salud sexual y reproductiva” y “formas múltiples e intersectoriales de discriminación”, que son parte del lenguaje en clave para la ideología transexual, permanecen en este documento de la CSW, al igual que las referencias al “discurso del odio”.Esto puede ser perjudicial, ya que las agencias de la ONU podrían aplicar términos relacionados con este lenguaje, incluso sobre el aborto, los llamados “derechos LGTB” y la libertad de expresión.
Aún queda mucho trabajo por hacer en la ONU, por eso es imperativo la cooperación entre organizaciones pro-familia y entre los países que respetan los valores pro-vida y pro-familia, ya que estos representan un foco de esperanza para seguir cambiando el mundo; por la vida, la familia y la libertad.