En el DÍA INTERNACIONAL DE LA FAMILIA, la Iglesia de Cristo de América Latina reafirma que la familia nace en el corazón de Dios, siendo El mismo su Creador. Dios, es el modelo perfecto de familia en toda la creación. Él dispuso, que la humanidad creciera y se desarrollara organizada a través de los vínculos familiares mediante el matrimonio, y no en soledad. En fin, la familia, es el diseño de Dios, es Su idea, por tanto, su origen es divino.

En tal sentido, AFIRMAMOS, que la familia se inicia con la unión de un hombre y una mujer que hacen un pacto matrimonial (alianza) delante de Dios y de las leyes para unir sus vidas hasta que la muerte los separe, en conformidad a la voluntad de Él como creador del matrimonio y la familia. Esto lo hizo, bajo sus designios de su voluntad, de buscar descendencia para El, que es la prole (hijos), herencia que es entregada y confirmada por Dios a los padres, para que estos (padres), los instruyan conforme a Su Palabra (Sagradas Escrituras), dándoles los soportes adecuados para la determinación de sus propósitos: provisión, protección y educación; de manera que sean ejemplo y de bien para la sociedad. Esta verdad aplicada de manera generacional permitirá formar hombres y mujeres capaces de construir hogares fuertes y estables que contribuyan al desarrollo de una sociedad más justa y equitativa que tanto se requiere en la actualidad.

En definitiva, afirmamos que la familia es el ámbito donde los seres humanos nacen, crecen, se desarrollan y se multiplican para preservar la humanidad, como concepto del Creador en armonía, valentía y compañerismo en todos los aspectos de la vida.

En ocasión de este día especial, del Día Internacional de las Familias, se invita a todo hombre y mujer responsable de hogar, a hacer de sus familias sus tesoros más valiosos, un lugar lleno de gracia y amor, sus primeras iglesias (Cuerpo de Cristo), su lugar de discipulado en principios y valores para la vida, siendo discipuladores (capacitadores) y pastores (sacerdotes) de sus hogares, siendo así, una fuente real de inspiración para que sus generaciones y todos quienes les rodean, busquen la paz y sigan la paz, imitando de esta manera al Príncipe de Paz que es Cristo el Señor, nuestro creador.

Ahora y siempre, todas las familias de América Latina y el mundo, sean llenos de LA PAZ DE CRISTO.

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