“El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda;” Salmos 34:17
“Confíen siempre en el Señor, porque el Señor Dios es la Roca eterna.” Isaías 26:3-4
El pasado martes 17 de marzo parte de las delegadas de AEL Mujer se reunieron virtualmente para considerar entre varios puntos en agenda la crisis mundial por la pandemia generada por el Covid-19.
Estamos transitando un tiempo difícil a nivel global, donde al día de hoy, 176 de 194 países reconocidos se encuentran infectados por el Covid-19.
Conscientes de su razón de ser, de ser un ente unificador y que levanta la voz de manera preferente por y en el sector femenino de la iglesia y sociedad en general, acordamos unirnos al clamor mundial por este flagelo que ya arroja miles de afectados entre contagiados y muertos en el mundo:
1.) Instamos a que hoy más que nunca, la mujer, como un agente importante, levante su voz en oración a Dios. Mientras estamos confinadas en cuarentena en la mayor parte de países de América Latina, oremos junto a nuestras familias. Dios nos escuchará.
2.) En este momento AEL, desde su espacio hacia la mujer en la Iglesia Evangélica de América Latina y países de habla hispana, levanta la mirada aún más allá de la emergencia de esta pandemia global; por ello, instamos a que, mientras tenemos una actitud de clamor a nuestro Padre, mantengamos al interior de nuestros hogares un ambiente de respeto, de amor y concordia que deben ser características de la vida cristiana.
3.) Debemos observar asimismo que, según la UNESCO, más de un billón de niños se encuentran sin asistir a clases en el mundo por el aislamiento preventivo; por ello llamamos al clamor por nuestra niñez y a procurar, al interior de los hogares, un ambiente de amor y de cuidado para ellos. Instamos a cuidar su integridad, sabiendo que lamentablemente es en los hogares en donde muchas veces los derechos de ellos son más vulnerados.
4.) Motivamos a la iglesia a tomar la autoridad que como hijos de Dios tenemos para clamar por la vida y no la muerte; por la alegría y no el dolor; por la confianza y no el temor; por la humillación ante Dios y no la altivez. Hoy más que nunca, utilizando los medios electrónicos, enviemos mensajes de esperanza, de reconciliación con Dios.
5.) Llamamos a orar por los líderes mundiales para hacer lo correcto en este momento de la historia que Dios los puso al frente de naciones. Que Dios les de sabiduría, templanza y carácter para tomar las mejores y oportunas decisiones para que la afectación a la población sea menor.
6.) Clamamos por el liderazgo mundial de la Iglesia Evangélica para apacentar a la grey en medio del dolor, el desánimo e incertidumbre.
Permanezcamos de rodillas ante nuestro Dios, a quien reconocemos, ante quien nos humillamos y en quien depositamos nuestra fe con toda confianza, sabiendo que su misericordia es para siempre.
“… si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Cr. 7:14