Redacción realizada por el ministerio de Discipulado y Pastoreo de Pastores (DPdeP), miembro asociado de AEL, que invita a una breve reflexión:
Dios está trabajando soberanamente a través de COVID19. Quiere traer un avivamiento y renovación profundos a la iglesia y al mundo. Siendo más específico, Él quiere fortalecer nuestras relaciones en seis esferas – con: 1) Dios, 2) nosotros mismos, 3) nuestras familias, 4) aquellos a quienes discipulamos o cuidamos, 5) nuestra iglesia y 6) nuestro mundo. Si bien estas seis esferas no son nada nuevo, como hacemos esto debe ser muy nuevo o renovado a la luz de esta crisis.
En relación con Dios, debemos pedirle diariamente que revele lo que está haciendo (Juan 5:19-20), para que podamos unirnos a Él en su trabajo. Sin discernimiento, perderemos pequeñas y grandes oportunidades. Necesitamos aumentar nuestra visión de Dios y sus propósitos. Tenemos que buscarlo hasta que tengamos un encuentro divino, oyendo su voz. Estudio bíblico sin oír de Dios y sin obediencia hace más mal que bien. Tenemos que andar con Él!
¡Solito, no! ¡Andar con Dios, si!
En relación con nosotros mismos, tenemos que cuidar bien de nosotros mismos. Tanto nuestras vidas, como las de quienes nos rodean dependen de eso (1Tm 4:16).En muchos sentidos, nos cuidamos instintivamente. Ahora tenemos que hacerlo aún más intencionalmente. Esto incluye estar bien conectado con alguien que nos cuida, nos discipula y nos ayuda a protegernos. El mundo, la carne y el demonio tienen más oportunidad que nunca para destruirnos en el estrés y aislamiento de COVID-19. Seremos sorprendidos, tendremos malos momentos, días o períodos. Camina con y bajo un liderazgo piadoso y saludable. Haz una lista de las tres personas a las que llamarás cuando el mal te pega. No te dejes caer y quedar caído solo (Ec 4:7-12).
¡Solito, no! ¡Andar siendo cuidado, sí!
En relación con nuestras familias, este es un momento único. Podemos crear recuerdos que durarán toda la vida. Las familias necesitan nuevos recursos, uno de los cuales es el sitio https://family.fit/es/ con herramientas participativas para que la familia toda se involucre física, espiritual y emocionalmente. Al mismo tiempo, esta crisis trae estrés a nuestras familias que revelan fallas ocultas debajo de la superficie. Si los conflictos están surgiendo de formas que van más allá de tu capacidad de beneficiarte, aprender y cambiar de manera saludable, busca ayuda.
¡Solito, no! ¡En familia unida y creciendo, sí!
En relación con nuestros discípulos, tenemos que conectarnos profundamente, revelando nuestro amor (Juan 13:34-35). A través de COVID-19, Dios nos está podando. Tuvimos que cortar partes importantes de nuestras vidas. Podemos llorar estas pérdidas, pero para avanzar, debemos adoptar nuevos paradigmas. Dios nos poda para que demos más y mejor fruto. Tenemos que tornarnos más profundamente Cristo-céntrico, siendo como Él y haciendo como Él. El corazón de su ministerio fue hacer discípulos (Mt 28:16-20; Juan 17). Cada uno de nosotros debemos entregarnos a discipular a unas pocas personas. Si ayudamos a ellos también a hacer lo mismo, tendremos una red creciente de discípulos multiplicadores. El COVID-19 se multiplica. Imagine si los discípulos se multiplicasen todavía más!
¡Solito, no! ¡Andando con discípulos multiplicadores, sí!
En relación con nuestra iglesia, COVID-19 requiere que repensemos una iglesia fuera del edificio y más allá del domingo por la mañana. Necesitamos aplicar 2 Cr 7:14 a nosotros mismos y preguntarle a Dios qué partes de las cartas de Apocalipsis en los capítulos dos y tres podrían aplicarse a nosotros hoy.
Los grupos pequeños y células nunca han sido más importantes que ahora. El Zoom proporciona no solo una sala virtual, sino también salas para dividir en subgrupos. Necesitamos estar bien conectados en términos de necesidades físicas y financieras, primero en nuestros grupos pequeños y expandirnos a la iglesia más grande según sea necesario. Hechos 2:42-27 y particularmente vv. 44-45 hablando de que todas las necesidades de todos fueron cuidados debe cobrar vida de una manera nueva. Hechos 6:1-7 aclara el valor del liderazgo que se ocupa de las necesidades físicas junto con el liderazgo que se enfoca en las necesidades espirituales.
¡Solito, no! ¡Andando con una iglesia relacional, sí!
En relación con nuestro mundo, la visión de Dios siempre ha sido para las naciones. La visión de Isaías seis culmina en Dios abriendo sus oídos: “¿A quién enviaré y quien irá por nosotros?” A medida que COVID-19 cambia nuestros valores, patrones, perspectivas y estilos de vida, tenemos una puerta abierta para bendecir, orar y servir, respondiendo a aquellos que tienen miedo, necesidad, sufrimiento y lucha. Las malas noticias están en todas partes. Iluminemos esta oscuridad con la cura y la esperanza de las Buenas Nuevas!
¡Solito, no! ¡Enviados por Dios a un mundo en crisis, sí!
Preguntas para la reflexión (individualmente y en un grupo pequeño)
1. ¿Cuál de estas seis órdenes de marcha llama más tu atención?
2. ¿Con qué necesita lidiar más tu iglesia ahora?
3. ¿Cómo puede hacer que estas órdenes de marcha realmente funcionen en su vida?