COMUNICADO C.E.V ANTE PROPAGACIÓN COVID-19

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación (Salmo 46:1)

La Junta Directiva del Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), en sesión permanente y dando seguimiento al enorme desafío que representa la presencia del Coronavirus (Covid-19) en el país, manifiesta lo siguiente:

En estos tiempos críticos mantenemos nuestro consejo e invitación a la oración, la lectura, el estudio de las Sagradas Escrituras, y la confianza en Dios. Igualmente puntualizamos que la fe no está separada del cumplimiento de los más elementales deberes personales y ciudadanos en función de la protección nuestra, de la familia, del prójimo y de nuestro entorno social, y es por ello que llamamos a todos a asumir responsablemente y en forma solidaria todas las medidas profilácticas y de aislamiento social y comunitario que nos ayuden a evitar los contagios en medio de la pandemia que amenaza a todos por igual.

La propagación del Covid-19 en Venezuela representa un doble reto histórico para la nación, por una parte el de un esfuerzo amplio, voluntario, y desprendido para superar la pandemia, y por otra el lograrlo en el marco de las precarias condiciones presentes en el sistema de salud pública a nivel nacional, y las dificultades de acceso a bienes y servicios básicos como el agua, la electricidad, gas, combustible, y productos alimenticios, y medicinas a causa del bajo poder adquisitivo de la inmensa mayoría lo cual es signo del alarmante nivel de pobreza de los ciudadanos.

Hasta el momento en Venezuela las cifras oficiales arrojan la cantidad de 107 contagiados y un fallecido. No obstante estas cifras no son confiables dado que el régimen de Nicolás Maduro ha encarcelado a periodistas que han dado informe acerca de la evolución del Covid-19.

Por su parte las iglesias y ministerios promueven campañas de oración desde los hogares, y se han sumado a la campaña que promueve guardar las medidas de aislamiento social y sanitario que promueve la OMS y han migrado a las redes sociales como medio de contacto con la feligresía.

Por otra parte aunque en medio de la cuarentena muchos programas humanitarios han sido afectados, las ONG´s cristianas e iglesias con enfoque social se están adaptando creativamente para entregar una atención segura a los más vulnerables.

Y en este contexto, observamos que la necesaria y recomendable acción ciudadana de guardar una cuarentena sin un plan integral y funcional de ayuda económica, inclusivo y de inspiración humanitaria, sería más gravoso de lo que ya es. De manera que nos preocupa que muchos no están en condiciones de lograr el necesario enclaustramiento, y las vulnerabilidades sociales amenazan con desgastar la voluntad de permanecer resguardados en las casas.

Ante tales acontecimientos sin precedentes, y a fin de encontrar una solución apoyada en un consenso nacional, el CEV hace un llamado a deponer intereses, orgullos, y mezquindades, y por el bien de todos exhortamos a todos los sectores políticos, en unión de la sociedad entera, a lograr un gran acuerdo nacional en búsqueda de un bien mayor como es la salud y la vida de los venezolanos.  

La actual emergencia que vivimos obliga a la construcción de consensos, y al logro de una tregua política entre los dos sectores mayoritariamente reconocidos por la comunidad internacional y la ciudadanía venezolana, para que entre otras cosas se facilite toda la ayuda financiera y humanitaria posible a fin de enfrentar la pandemia que hoy destruye la salud y la vida de muchas personas alrededor del mundo. 

Dicho acuerdo precisa ser de horizontal o imparcial convocatoria, con la participación de todos los sectores (sin exclusión), sean políticos, empresariales, religiosos, sociales, y otros, y acompañado de la supervisión de una Comisión Nacional conformada por las iglesias, y los sectores más representativos que garanticen la imparcialidad y la pulcritud del cumplimiento.

Al hacer estos planteamientos nos motiva nuestra fe, la búsqueda del bien común, y la convicción de nuestra responsabilidad cristiana que hoy apela al necesario sentido de humanidad de todos, estando convencidos de que suele suceder que de las grandes crisis puede emerger del corazón transformado lo mejor del amor de las personas, trascendiendo así a la desesperanza y la desolación.

Finalmente a todos los venezolanos les invitamos a la oración, a poner nuestra confianza en Dios, y a ser perseverantes en nuestra apuesta por la vida y la paz.

Por la Junta Directiva

Caracas 27 de marzo del año del Señor dos mil veinte.

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