Redacción: Confraternidad Evangélica Ecuatoriana
Durante la época de la Independencia e inicios de la República del Ecuador, colportores como Diego Thompson, ya distribuyeron la Biblia en Ecuador .
El 7 deJulio de 1896, tres misioneros dela Unión Misionera Evangélica (UME) Jorge Fisher, J.A. Strain, y F.W. Farnol, oficialmente llegan a Guayaquil para compartir el Evangelio de Salvación en Cristo a los ecuatorianos. Estos misioneros para venir a Ecuador no viajaron con sus familias, los recursos económicos con los que contaban eran muy escasos al llegar al país.
En el Ecuador a pesar del triunfo de la Revolución Liberal comandada por el General Eloy Alfaro, representaba peligros para el ingreso de los misioneros protestantes por varias razones como:
La oposición del clero católico para el ingreso y propagación de una nueva religión y también porque, la victoria y establecimiento de la Revolución Liberal todavía no estaba consolidada. La Libertad que ahora gozamos de predicar el Evangelio es el fruto de hombres y mujeres (misioneros extranjeros y nacionales) que, sembraron con lágrimas y sufrimiento la gloriosa semilla del Evangelio en Ecuador.
Es necesario que pastores y líderes de Ecuador enseñemos a las iglesias que pastoreamos la historia del avance del Evangelio para que, rindamos homenaje a estos hermanos en Cristo que arriesga ron sus vidas por compartir el Evangelio. Habiendo transcurrido 125 años del ingreso de los evangélicos al país tenemos que lamentar que la unidad por la que Cristo oro en Juan 17: 20 – 21, aún no ha sido posible.
La Confraternidad Evangélica fundada en 1964 en el Campamento los Cerros, provincia de Manabí, en sus estatutos claramente manifiesta que representa a los evangélicos ante las autoridades del país, lamentablemente varias Iglesias y denominaciones no se adhieren a esta representatividad.
Los evangélicos ecuatorianos estamos en deuda con las mujeres, niños, niñas y adolescentes porque no se reconoce la importancia de su presencia y ministerio en nuestras iglesias. La participación política de los evangélicos en varias instancias del poder, ha dejado mucho que desear.
Las iglesias evangélicas durante la pandemia en diversas formas han servido a la comunidad sin dejar de llamar a la gente a un encuentro personal con Cristo. En esta crisis varias iglesias se han cerrado, esperamos que al terminar esta pandemia tengamos muchas iglesias nuevas.
Los ciudadanos evangélicos continuaremos esforzándonos para contribuir a alcanzar un Ecuador digno, justo, solidario y democrático, en el que se practiquen y respeten los derechos humanos y las libertades. Y, por supuesto, nos mantendremos firmes y fieles en el cumplimiento del mandato bíblico: proclamar el Evangelio y llevar esperanza en el Señor Jesucristo a todos los rincones del país, ya que, sólo Jesucristo puede hacer mujeres y hombres nuevos para una Patria nueva.
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