El pasado martes 15 de octubre, durante la Asamblea General de la Alianza Evangélica Latina (AEL) celebrada en Quito, se llevó a cabo el Panel de Expertos titulado “Historia de la AEL, un panorama de la primera década”. El evento reunió a miembros destacados de la AEL para reflexionar sobre los primeros diez años de existencia de la organización, que surgió en 2013 como una alianza representativa de la Iglesia Evangélica Iberoamericana.
El panel fue moderado por el presidente de la AEL, el Pr. Juan Cruz Cellammare, quien estuvo acompañado por figuras clave en la historia de la organización, entre ellos el Pr. Héctor Pardo (Consejo Referente), el Pr. Mariano Blázquez (Secretario de Junta Directiva), el Obispo Emiliano Soto (Vocal 5 de la Junta Directiva), el Pr. Edgar Castaño (Ex presidente de Cedecol), el Pr. Marcos Vergara (Coordinador de AEL Niñez) y el Pr. Agustín Aguilera (Coordinador de la Comisión de Libertad Religiosa).
Durante el panel, se destacó la importancia de conocer la historia de la AEL desde sus inicios para fortalecer el sentimiento de pertenencia y unidad entre sus miembros. El Pr. Pardo explicó cómo la AEL se originó a partir del Foro Iberoamericano de Diálogo Evangélico (FIDE), promovido por la Alianza Evangélica Mundial (WEA) desde 2001, con el objetivo de integrar y fortalecer la relación fraternal entre las Alianzas Evangélicas nacionales de Iberoamérica.
El Pr. Blázquez detalló que el fin del FIDE dio paso a la formalización de la AEL en 2013, con la firma del Acta de Fundación, la cual fue acordada el 2 de noviembre de ese año por delegados de 21 países. La estructura de la AEL, con objetivos bien definidos, permitió a la organización avanzar en su misión de promover la unidad y la cooperación entre las iglesias evangélicas en Iberoamérica.
Hasta 2016, la AEL fue presidida por el Pr. Alberto Solórzano, quien desempeñó un papel crucial en la consolidación de la organización en sus primeros años. En 2017, tras la aprobación de los estatutos de la AEL en Asunción, Jorge Taberna se convirtió en el último coordinador de la organización, impulsando la creación de una estructura más sólida.
El Obispo Emiliano Soto, miembro de la Junta Directiva, destacó la importancia de los acuerdos alcanzados para definir la visión y misión de la AEL, así como el trabajo de las comisiones que ejecutan los proyectos de la organización en áreas como Asuntos Humanitarios y Diálogo Cooperativo, Capellanías, Comunicación, Dignidad Humana, Familia y Sociedad, Discipulado, Educación, Empresarios, Evangelismo, Joven, Libertad Religiosa, Misiones, Mujer, Niñez, Oración y Relaciones Gubernamentales. Estas comisiones, bajo la coordinación del director ejecutivo de la AEL, el Pr. Jonatan Proietti, han sido fundamentales para la expansión y consolidación de la AEL.
El Pr. Edgar Castaño, expresidente de la Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL), recordó los momentos difíciles que atravesó la AEL con el fallecimiento del Pr. Rubén Proietti, ex presidente de la organización. Sin embargo, destacó que, gracias a la fortaleza de la AEL, se logró elegir al Pr. Juan Cruz Cellammare como nuevo presidente en 2021, con quien se han logrado importantes avances.
El Pr. Marcos Vergara, coordinador de AEL Niñez, subrayó la importancia de establecer una estructura sólida para el crecimiento institucional de la AEL, y destacó la creación de la Comisión AEL Joven como una de las primeras iniciativas.
Por su parte, el Pr. Agustín Aguilera, Coordinador de la Comisión de Libertad Religiosa, resaltó la naturaleza única de la AEL como una organización formada a partir de alianzas regionales, lo que le otorga un peso significativo dentro de la Alianza Evangélica Mundial (WEA).
Al ser consultados los expositores sobre la representación de la AEL no solo en países hispanoamericanos sino también en España, Belice y Estados Unidos, países en donde hay una importante población latinoamericana. Aclararon que se tomaron en cuenta por la gran cantidad de inmigrantes que han establecido sus iglesias en esas regiones.
En resumen, el Panel de Expertos ofreció una visión detallada de los logros, retos y avances de la AEL en su primera década de existencia. La organización sigue trabajando para fortalecer los lazos de unidad entre las iglesias evangélicas y enfrentar los desafíos del futuro con una estructura institucional sólida y fundamentada en los valores cristianos.